(…Alguna gente piensa que Dios vendrá y les concederá el fruto de la devoción, y por eso es Dios quien da el fruto.
Los devotos recuerdan a Dios porque hay pesar en la devoción, por eso dicen: ven y libéranos del pesar y purifícanos.
Aunque no conocen a Dios, derraman lágrimas de amor por Él. Realmente, deberían conocer a Aquel, por quién derraman esas lágrimas.
No se puede obtener nada de una imagen, aunque sí, cuando hacen devoción intensa, reciben una visión y eso produce gran felicidad.
La gente va delante de las imágenes y les dice: “solo Tú puedes tener misericordia de nosotros. ¡Ten misericordia de nosotros!” El Padre dice: “debido a que tengo misericordia de vosotros, Yo vengo otra vez, para haceros virtuosos. Fuisteis dignos de adoración y después os convertisteis en adoradores. Ahora debéis convertiros en dignos de adoración otra vez”…)
Sabios y hombres santos piensan que el alma es inmune a la acción, piensan que todos son el Alma Suprema. Los católicos dicen que Dios está en cualquiera que venga delante de nosotros. Pero ¿como está el alma ahora?¿porque se le pide a Dios que tenga misericordia? Si fuésemos parte de Dios, Él estaría como nosotros, entonces… ¿quién podría ayudarnos? El Alma Suprema tendría aleación igual que nosotras las almas.
Ahora estamos en lo que se ha llamado: la noche oscura de las almas. Es ahora que necesitamos la compañía de Su Luz, pero ya no es tiempo de llorar ni de rogar, sino de conocer, de conocerle.
Cuando necesitamos su compañía se dice que buscamos la Verdad.
Un satsang (India: compañía de la Verdad) es un lugar de reunión de los devotos, igual como lo es la iglesia para los católicos, etc. Pero aunque digan que van a un satsang, iglesia, grupos religiosos, etc., siguen conscientes del cuerpo. No son satsangs verdaderos. Los verdaderos solo pueden tener lugar, en el camino del conocimiento. Por ello el Padre dice: “No importa si estáis en satsangs, iglesias o en casa, si os consideráis un alma y recordáis al Padre, esto significa que estáis en compañía de la Verdad”
Cuanto más estemos en esta compañía más beneficio habrá para nosotras, las almas, nuestros pecados u errores, se absolverán. Cuanto más recordemos al Padre, más poder recibimos. Él no nos pone ninguna otra dificultad, Él, simplemente dice: “Recordadme solo a Mí”
*El Padre ahora dice: “Oh almas, mantened Mi compañía, id más allá de la compañía de los cuerpos*
Texto fuera de la citación: Bk. Júlia