Tradujimos esta información que recién nos llegó de un Africano apodado “Nana Kwame“.
Por el despertar de toda la humanidad, pues somos una familia que compartimos el mismo hogar/planeta, les pedimos que compartan esta información por todas las redes sociales, por mails, etc. Que llegue a todos para que las mentiras de los medios de desinformación masiva terminen con el montaje que ya ha quedado expuesto en videos que les hemos presentado y en informaciones de nuestra propia red ciudadana.
¡EL EBOLA ES UN SHOW MONTADO!
Ebo-Lie: El Ebola es una mentira
La gente en el Mundo Occidental necesita saber qué está ocurriendo aquí en Africa Occidental. ELLOS ESTÁN MINTIENDO!!! El “Ebola” como virus NO existe y NO se está “diseminando”. La Cruz Roja ha traído una enfermedad a 4 países específicos por 4 razones específicas y sólo es contraída por aquellos que reciben tratamientos e inyecciones por parte de la Cruz Roja. Por esa razón Liberianos y Nigerianos han comenzado a sacar a patadas a la Cruz Roja de sus países y a informar en las noticias la verdad. Ahora, síganme:
RAZONES
La mayoría de la gente salta a la “Despoblación”, lo que está sin duda en la mente de Occidente cuando vienen a Africa. Pero les aseguro que Africa NUNCA puede ser despoblada matando a 160 personas al día cuando miles nacen diariamente, así que las razones verdaderas son mucho más tangibles.
Razón 1:
Esta vacuna que implementó la enfermedad “llamada” Ebola fue introducida en Africa Occidental con el objetivo final de traer tropas a tierra en Nigeria, Liberia y Sierra Leona. Si recuerdan, estábamos recién tratando de agarrar a #MENTIRA “Boko Haram”, pero eso se cayó cuando los Nigerianos comenzaron a decir la verdad. NO EXISTEN NIÑAS PERDIDAS. El apoyo mundial se cayó por el piso y una nueva razón se necesitó para traer tropas a Nigeria y robar las nuevas reservas de petróleo que descubrieron.
Razón 2:
Sierra Leona es la más grande proveedora de diamantes en el mundo. En los últimos 4 meses ellos han estado en paro (huelga), rechazando proveer de diamantes debido a las horribles condiciones de trabajo y paga de esclavos. Occidente no pagará un salario justo por los recursos porque la idea es mantener a esa gente sobreviviendo a base de bolsas de arróz y ayuda extranjera, de manera que ellos permanezcan como una fuente de trabajo esclavo barato para siempre. Una razón se necesitó también para traer tropas a tierra en Sierra Leona para obligar el fin del paro de los mineros de diamantes. Esta no es la primera vez que se hace esto. Cuando los mineros rechazan trabajar, se envían tropas e incluso si tienen que matarlos a todos y reemplazarlos, el único deseo es obtener diamantes nuevamente fluyendo fuera del país. Por supuesto, para lanzar múltiples campañas para invadir a esos países en forma separada sería lejos muy sospechoso. Pero algo como el “Ebola” permite acceso al área completa simultáneamente…
Razón 3:
Además de robar el petróleo Nigeriano y de forzar a Sierra Leona para que vuelva a la minería, también se han enviado tropas para OBLIGAR las vacunaciones (mortal veneno “Ebola) dentro de los Africanos que no son lo suficientemente tontos como para aceptarlas voluntariamente. 3.000 soldados están siendo enviados acá para asegurarse que este “veneno” continúe diseminándose, porque -reitero- sólo se disemina por vacunación. Mientras más y más artículos de noticias son liberados como ese proveniente de Liberia, informando a la población de las mentiras y manipulación de EEUU, más y más Africanos están rechazando visitar la Cruz Roja. Tropas obligarán aquellas vacunaciones sobre la gente para asegurar la aparición visible de una pandemia de Ebola. Además de esto, ellos protegerán a la Cruz Roja de los Liberianos y Nigerianos que han estado expulsándolos con toda razón de sus países.
Razón 4:
3.000 soldados…¿Es el Ebola susceptible a las balas? Ridículo. Y por último, pero no por eso menos importante, la APARICIÓN de esta “pandemia” de Ebola (los norteamericanos no deberían tenerla) será usada para asustar a incontables millones para que acepten la “vacuna del Ebola” la que en realidad ES LA PANDEMIA. Ellos ya empezaron con las historias de cómo ha sido traída de vuelta a EEUU y ha aparecido en Dallas, cómo médicos blancos fueron curados pero a los negros infectados no se les permite ser tratados, etc.
TODO lo que logrará es hacer que los negros LUCHEN por obtener la vacuna, porque parece que la “CURA” está siendo alejada de los negros. Ellos correrán en masa para obtenerla y luego habrá graves problemas. Con todo lo que hemos visto revelado sobre las vacunas este año ustedes podrían pensar que aprendimos nuestra lección. Todo lo que puedo hacer es esperar que así sea, porque ellos dependen altamente de nuestra ignorancia para completar sus planes. Pregúntense a ustedes mismos si el Ebola realmente se diseminó de persona a persona, en vez de la diseminación controlada a través de vacunación, y luego POR QUÉ el CDC y el gobierno de EEUU continúan permitiendo vuelos dentro y fuera de aquellos países con absolutamente ninguna regulación o en absoluto? Tenemos que empezar a pensar y compartir información mundialmente porque ellos no nos dan la verdadera perspectiva de la gente que vive aquí en Africa Occidental. Ellos están mintiendo por su propio beneficio y no hay suficientes voces ahí afuera con una plataforma para ayudarlos a compartir su realidad. Cientos de miles han sido asesinados, paralizados e incapacitados por esas y otras vacunas “nuevas” por todo el mundo y finalmente estamos llegando a ser conscientes de ello. Ahora ¿qué haremos con toda esta información?
Es hora de despedir la agónica era de las mentiras y abrirle las puertas a la era de la INTEGRIDAD.
___________________________________________________________________
Desalambre
ENTREVISTA | Eduardo Celades
“Los supervivientes del ébola sufren el peso del estigma”
Dos años después de que apareciesen los primeros casos de infectados en Europa, Sierra Leona sigue aún recuperándose de las secuelas de la epidemia
El doctor Eduardo Celades, que viajó al país antes, durante y después del ébola, relata cuáles fueron los principales fallos y qué tareas hay aún pendientes
“Cuando un paciente ingresaba se quemaban todas sus pertenencias. Muchos de los que sobrevivían salían desnudos, habiéndolo perdido todo, incluidos sus familiares”
Patricia Ruiz
Eduardo Celades | Imagen cedida a eldiario.es
Siete meses después de que la OMS declarase el fin del mayor brote de ébola de la historia, en las calles de Sierra Leona se vuelven a escuchar los cánticos de los niños en su camino a la escuela. El país siempre tuvo una “felicidad característica”, aunque sobre sus hombros pesa la carga de tener uno de los índices de desarrollo humano más bajos del mundo y las secuelas de la última guerra civil.
Entre marzo de 2014 y enero de este año, El estado del noroeste africano enmudeció al paso de una epidemia que dejó tras de sí más de 14.000 infectados y casi 4.000 muertos, según la OMS. Dos años después de la identificación de varios casos positivos en Europa, parece que todo ha acabado. Pero las secuelas y el estigma que rodea a los supervivientes permanecen.
Usted estuvo trabajando en el país en tres ocasiones: en 2007, con Médicos Sin Fronteras; en 2014, con la OMS (durante el pico de la epidemia de ébola) y hace apenas unos meses. ¿Qué contrastes ha encontrado en los distintos momentos?
Ahora, viéndolo con retrospectiva, me doy cuenta de que lo que más me sorprendió en 2014 fue ver que el país estaba completamente apagado. Al margen de la pobreza y de los conflictos que han vivido, Sierra Leona es un país alegre, la gente rebosa felicidad en las calles. Durante el brote, sin embargo, se cerraron todas las escuelas, los bares, los lugares de culto y cualquier otro espacio donde se pudieran producir aglomeraciones para evitar la transmisión. La gente quedó prácticamente recluida en sus casas.
Estando allí la segunda vez, ¿notó un incremento de la llegada de ayudas a consecuencia del boom mediático que se vivió en el verano de 2014?
Sí. Realmente primero fue ese boom mediático, pero no por lo que estaba ocurriendo allí, sino porque llegaron a Occidente casos puntuales de personas infectadas: a Estados Unidos, a España, a Inglaterra, etc. Un poco antes, en agosto, la OMS ya lo había declarado epidemia de salud pública internacional, y es curioso ver cómo, cuando el primer caso se había detectado en diciembre de 2013 y Médicos Sin Fronteras llevaba desde mayo advirtiendo de que la situación estaba fuera de control, la comunidad internacional no empezó responder hasta que nos sentimos amenazados.

Centro de tratamiento para pacientes de ébola en FreeTown (Sierra Leona) | Foto: Eduardo Celades
Habla en un capítulo del libro ‘Detrás del ébola: una aproximación multidisciplinar a una cuestión global’ (Ediciones Bellaterra) de las consecuencias de que la respuesta llegara demasiado tarde. ¿Qué falló exactamente?
En primer lugar, no se percibió la gravedad de lo que estaba ocurriendo. Ya habíamos respondido a algunos brotes de ébola con anterioridad, pero eran mucho más pequeños, diferentes. En Sierra Leona, sin embargo, nunca se habían dado casos de esta enfermedad, por lo que faltó experiencia y personal formado. Ni la comunidad internacional ni los propios gobiernos de los países afectados entendieron la magnitud de lo que estaban enfrentando, y todo eso derivó en una tardanza en la respuesta, que fue decisiva.
A eso se suman otros factores clave: había muy pocas investigaciones abiertas sobre esta enfermedad; se restringieron los viajes para evitar contagios, pero entonces la movilización de personas que intentábamos desplazarnos para ayudar tampoco era posible; hubo un cima de pánico general, muchos pacientes se negaban a ir a los hospitales, y un largo etcétera.
Hace referencia en el libro a la importancia de trabajar con lo que denomina “estrategias complementarias”, es decir, aquellas en las que se trabaja directamente con las comunidades. ¿Por qué es importante involucrar a las propias personas locales en la respuesta contra la epidemia?
Lo que demuestra la historia es que las estrategias tradicionales, si se aplican correctamente, permiten controlar un brote, de manera que detectas la enfermedad de forma precoz, aíslas los posibles casos preventivamente, evitas el contagio, observas a sus familiares, y el brote acaba por terminarse. Si esto se hace con rapidez y eficacia, funciona. Pero no era el caso. La epidemia se extendía.
Las estrategias complementarias constataban entonces dos cosas: primero, que se había ignorado la manera en la que las propias comunidades estaban intentando evitar el contagio (hacía falta detectar si lo estaban haciendo bien, para potenciarlo, o si había fallos, para intentar cambiarlos) y, segundo, que el abordaje clásico no funcionaba porque no había medios, carecíamos de recursos suficientes para vigilar a todos los contactos de una persona infectada porque el brote estaba muy extendido. Haber utilizado las estrategias complementarias desde el inicio habría ayudado muchísimo a frenar el contagio.
¿Cómo se debería haber trabajado con las comunidades? ¿Qué cosas se podían haber hecho y no se hicieron?
Yo creo que cuando se intenta imponer una solución desde fuera, sin hablar ni tener en cuenta a la gente que va a ser beneficiaria de una intervención, uno se puede encontrar con muchos efectos secundarios negativos. No sabes las reacciones que vas a provocar, o incluso si te vas a equivocar.
Un ejemplo claro, con el caso del ébola, fue lo que se hizo con los ritos fúnebres. La enfermedad se propagaba muchísimo en los funerales, especialmente en los de algunas tribus que tenían como costumbre lavar el cadáver antes de enterrarlo. Ahí tú no puedes llegar y cambiar esa tradición de un día para otro. Si quieres modificarlo para reducir el contagio, tienes que crear una relación con esa comunidad y esas familias, explicarles el porqué, y lo que se haría a partir de ahora.
Yo aún recuerdo cundo algunos compañeros eran recibidos a pedradas cuando iban a recoger a los cadáveres para llevárselos en bolsas de plástico, sin haberles explicado nada. Esto es un ejemplo de cómo no hay que hacer las cosas y, como con esto ocurre con muchos otros aspectos aún hoy, como el del estigma que sufren ahora los supervivientes.

Reunión comunitaria para desarrollar “estrategias complementarias” para paliar la epidemia del ébola en Sierra Leona | Foto: Eduardo Celades
Al hilo de esto último, ¿qué secuelas quedan después de que en enero la OMS declarase el fin de la epidemia?
Siempre decimos que el ébola es la enfermedad de la compasión, porque se transmite cuidando a los demás. Muchos contagiaron a familiares y aún viven con la carga psicológica de “¿por qué yo he sobrevivido y no ellos?”. Ahora piensa que en los tres países con mayor número de casos hubo casi 30.000 afectados y unos 10.000 fallecidos, lo que deja un dato de casi 20.000 supervivientes que se están enfrentando a múltiples desafíos, además de la carga psicológica: muchos tienen secuelas gravísimas, otros han perdido a toda su familia y están completamente solos, la mayoría sufre prejuicios, culpa, estigma y discriminación social, etc.
Para ponerte en situación: cuando un paciente ingresaba en el hospital, se quemaban todas sus ropas y pertenencias para evitar la propagación del virus. Entre quienes lograban salir del tratamiento, muchos se encontraban desnudos y en la puerta de un hospital que quedaba a varios kilómetros de su zona. Imagina esa situación tras enfrentarte a una enfermedad gravísima y en una situación en la que lo has perdido todo. Por lo tanto no, no se puede decir que el ébola ha terminado con el fin de la epidemia. Queda mucho trabajo por hacer con quienes han logrado sobrevivir a él.
¿Qué lecciones nos ha dejado la epidemia dos años después?
Señalaría una cosa positiva y una negativa. La positiva: que ahora conocemos mejor nuestras limitaciones, sabemos que responder no es fácil, que es caro, que necesita recursos y tiempo. De alguna manera, se nos cayó uno de los grandes mitos de la comunidad internacional y nos dimos cuenta de que no estamos preparados para responder a grandes crisis humanitarias de salud pública, no sabemos tanto como creemos.
La parte negativa es que creo que seguimos despistados. No veo que estemos utilizando lo que acabo de señalar para cambiar y hacer algo al respecto. Ahora ya no se habla del ébola, se habla del zika en Brasil por los Juegos Olímpicos, pero pocos mencionan el brote de fiebre amarilla en Angola que ya se ha extendido a República Democrática del Congo, en el que hay más de 3.000 infectados y 300 muertos desde enero de este año.
Una enfermedad antigua, para la que hay vacuna, y ante la que de nuevo no estamos sabiendo responder de forma adecuada. Y hasta que no tengamos algún caso de contagio en un occidental, seguirá sin haber respuesta. Dos años después, sabemos lo que hay que hacer, pero nos sigue costando aplicarlo hasta que no nos afecta directamente.