En cada uno de nosotros existe un dios llamado empoderamiento, que reconoce los poderes que ya existen en nuestro interior y los usa en todo momento para el beneficio propio y en beneficio de la humanidad.
En el momento que nos hacemos conscientes de ello, ya no somos esclavos de las circunstancias, sino que somos amos de nuestra serenidad.
Cuando nos damos cuenta de qué somos en realidad…., nada ni nadie será capaz de robarnos nuestra realeza natural con la que nacemos incorporada.
Esta realeza, autenticidad, es la que nos cautiva de un niño muy pequeño, ese “estar”, sin miedos ni moralidades no incrustadas aún en su personalidad.
Texto: Bk Júlia

Muy profundo, digno escrito a tener en cuenta.
M'agradaM'agrada
Gracias
M'agradaM'agrada