“Tener amor especial por alguien debido a su especialidad, es apego”
(La espiritualidad nos enseña a amar a todos, tanto si son de nuestro agrado como si no lo son. No es una cuestión de aceptar, sino de comprender que todos son almas como nosotros, con papeles distintos: a unos les toca un papel de héroe y a otros de criminal. Eso es algo predestinado, no se ha escogido personalmente; se trata de una obra que se interpreta cada cual con el papel que le han dado, igual como en una obra de teatro que ningún actor escoge su papel. El Padre dice: “¿cómo podría Yo a despreciar a un alma actor a quien le haya tocado un papel así?” “Todos son Mis hijos actores, almas inicialmente puras, que experimentando la vida física y renaciendo, se van ensuciando”).