(Es fácil decirlo y escribirlo. Cuando no se tienen recursos para ser feliz, la felicidad decae con un simple soplo de las circunstancias. El amor espiritual es una muy buena tabla donde agarrarse en cualquier circunstancia, pero ¿de donde proviene esa tabla? Ahora la humanidad casi por completo se siente sola en medio de la multitud; para darse cuenta de ello, solo hace falta observar por un instante las caras de las gentes por las calles. Todos, o están tristes, preocupados o enojados. Todos visten un uniforme oscuro, negro para mayor precisión; el negro ha desplazado el color; la oscuridad ha desplazado la luz. Hay duelo por la humanidad. Algo habrá muerto dentro de nosotros. Puede que sea porque nos sintamos huérfanos (alguien que no tiene padre ni madre). De niños, cuando tenemos padres nos sentimos protegidos y por consiguiente estamos casi siempre alegres, y si pasa alguna cosa que nos asuste, nos refugiamos entre ellos, nuestra tabla de salvación. La mayoría de nosotros ha perdido al Padre/Madre. La mayoría de nosotros mal nada por las oleadas de las circunstancias dando manotazos porque ha perdido Su Tabla de la Salvación. Huérfanos de Dios porque no Le conocen. Solo hay que dar un paso y alargar la mano, seguro que Alguien la acogerá. “Siempre Se alegra de recuperar a Sus hijos por tanto tiempo perdidos y de nuevo encontrados. Namasté.”)