
Si dejásemos la punta del lápiz posada sobre un papel en blanco y permitiéramos que se deslizase, trazando sin ninguna expectativa, displicentes, manteniendo la mente en blanco.., puede que descubriéramos todo lo que se oculta bajo los patrones aprendidos, los deseos, los motivos egoístas, los miedos, los odios…etc. A eso se le ha llamado “escritura automática”.
La imposibilidad de conocernos sin este método u otros, nos da la evidencia de que nuestro intelecto (sin excepción) está roto por todos esos “golpes”. Por eso nadie humano puede pretender ser el gurú de nadie, puesto que en sus enseñanzas habrán todos esos “golpes” que se unirían a los nuestros, aumentando nuestra ignorancia; el manmat unido al parmat, nos aumenta la oscuridad.
El shrimat junto con la conexión con el Padre de las almas, puede limpiar gradualmente nuestro intelecto dañado. En estos momentos no hay sabiduría en el mundo debido a los intelectos rotos. En algún lugar leí que si estuviera en nuestras manos algún libro escrito 4500 años atrás, ni el mismísimo Albert Einstein, ni cualquier sabio actual que lo consultasen, entenderían nada en absoluto.

Al Einstein campeón del pacifismo se le recuerda aún como al «padre de la bomba»
No obstante la ciencia avanza, pero no podemos pensar que somos mejores que nuestros ancestros; no tenemos ni las más remota idea de cómo eran ellos. Nada de lo descubierto hasta ahora tiene suficiente credibilidad porque se apoya sobre cimientos falsos: hay ego, hay arrogancia, hay despotismo, hay intereses.., todo eso nubla el discernimiento. Falta humildad para reconocer el castillo de naipes que se ha creado.
PERO HAY ESPERANZA EN LA TRANSFORMACIÓN:
Lo logramos hace 5000 años. Lo volveremos a lograr con la metamorfosis individual. Cuando tu cambias, el mundo cambia. Dios ha venido a darnos Su shrimat para lograrlo: “recordadme constantemente solo a Mí, el Único de todas las religiones del mundo, y os haréis puros”