
Sincerándose con el Alma Suprema antes en dormir en la noche, “volaremos” en los sueños, y, al despertar por la mañana, nos sentiremos enormemente afortunados. Hay tanta felicidad teniendo constantemente al Compañero con nosotros, que incluso si se recibiera la propia sentencia de muerte…, ese bienestar no disminuiría ni un ápice.