
Tenemos muchos propósitos que nos hemos marcado, muchas metas a las que queremos llegar, el listón se nos hace muy alto cuando vemos que otros llegan, lo superan y aún van mucho más alto de lo que nos habíamos propuesto alcanzar. Y luego…, viene el desánimo, vemos que nos cuesta mucho llegar a nuestros objetivos mientras que otros los sobrepasan tan llanamente. ¿Qué ocurre? ¿Por qué perdemos el entusiasmo? ¿Por qué la mayoría de las veces reaccionamos con un “tirar la toalla”?
He llegado a la conclusión que esto ocurre porque no estamos centrados en nosotros mismos y miramos demasiado hacia afuera. Todo en nuestra sociedad está dispuesto para causar frustración; nunca podremos tenerlo todo.
Nuestros logros son muy importantes porque los hemos alcanzado nosotros mismos. Es nuestro mérito. Cada cual tiene su energía. ¿Por qué pretender tener la energía de otro? Estaría muy bien fijarse en lo que hace el otro cuando eso me sirva de inspiración, de espuela para avanzar, no así para perder la energía de la que dispongo.
Si voy avanzando de acuerdo a mi energía, si voy subiendo escalón tras escalón sin fijarme en lo que queda aún por subir.., sino que observo lo que ya he subido…, eso va a ser una buena carga de motivación para seguir yendo hacia arriba. Sin darme cuenta habré llegado, incluso descansado. Presto para alcanzar otro objetivo que me proponga.