
Cuando nos sucedan cosas inesperadas, algo que no queremos que ocurra pero que se empeña en formar parte de nuestra vida, que nos molesta y deseamos salir de esa situación que nos cambia toda nuestra visión de la felicidad y la tranquilidad…, respiremos un momento y pensemos. Si mi vida fuese como un lago de aceite, siempre completamente feliz y siempre estuviera en paz…, podría se debido:
Todo lo que nos ocurre sirve para algo; es un pellizco a nuestra consciencia; un aviso para mejorar alguna cosa del comportamiento; una gran lección para aprender. No lo consideremos como una piedra en el zapato. Si no aprendiéramos no podríamos avanzar, estaríamos siempre atascados en las mismas rutinas y totalmente aburridos.
Cuando resolvamos el problema…,¡a por otro! No vendrá ya ese, surgirá uno de nuevo seguramente más complicado, porque ya hemos avanzado de pantalla. Y así…, sin más…, llegaremos a viejos muy sabios. Y cuando dejemos esa ropa vieja…, seguramente habrá una de mejor para volvernos a poner.
Retroenllaç: La señal de la sabiduría (2) | lumminiscències