
Tener recuerdo constante del Padre, nos limpia de todos nuestros errores del pasado y nos hace cada vez más livianos. Solo le hemos de recordar, ser conscientes de Él, de su presencia en nuestro interior, mientras paseamos, nos desplazamos de un lugar a otro, mientras trabajamos…etc, solo un pequeño flash, un destello de su luz y ello nos llenará de felicidad. SI LE RECUERDAS, TE RECUERDA.
Texto: BK Júlia
Buena reflexión. un abrazo.
M'agradaM'agrada