Meditar podría compararse, en algún aspecto, con pelar una manzana:
Cuando vamos mondando la piel y va apareciendo la pulpa, también van apareciendo los golpes que ha recibido que estaban disimulados debajo de la corteza.
Es posible que al meditar también veamos aparecer algunos “golpes” ocultos que se evidencian cuando uno está en esa calma viva que encontramos cuando estamos en ese estado.
Al igual que podemos quitar con precisión esas imperfecciones para sanar la pulpa de la manzana con la punta del cuchillo, ahora es fácil entrever la causa que ha provocado esos “golpes” y sanarlos, en nosotros mismos.
Texto: Bk Júlia

Duro trabajo sin duda. un cordial saludo.
M'agradaM'agrada
Cuando algo no lo conocemos se nos hace cuesta arriba, solo es cuestión de entusiasmarse, y lo podemos.
M'agradaM'agrada