Dios, el Padre, dice: “Cuando estaba el reino de Lakshmi y Narayan en Bharat (India), había paz en el mundo. El Padre ahora ha venido una vez más para establecer ese reino. Recordad al Padre y vuestros pecados se absolverán y habrá paz en el mundo. Achcha.”
Bharat es la tierra eterna, la única que no se sumerge completamente en el Océano después de la gran transformación del mundo. De lo contrario habría aniquilación y los seres humanos desaparecerían definitivamente, pero eso no ocurre. Es un ciclo de 5000 años y ahora está terminando para volver a empezar.
Por eso Dios nos está enseñando a volver a ser los seres que habíamos sido al principio del ciclo: seres con virtudes divinas, seres puros con cuerpos puros, sin enfermedades por 21 nacimientos, con felicidad, con paz, con amor, sin rastro de vicios, sin conciencia de muerte porque allí se tiene la conciencia de que somos almas y que solo cambiamos de cuerpo: después de vivir 150 años de promedio, se tiene una visión del niño en que volveremos a ser y nacemos de una matriz de una madre pero sin el sufrimiento que ahora se tiene de ver pasar todos los errores de esta vida y de las anteriores por la pantalla de nuestra mente.
Erradicamos todos nuestros errores si recordamos al Padre, Dios, constantemente.
¿Como no íbamos a recordar a tal Padre que nos da la nuestra herencia del paraíso?
Nuestro esfuerzo radica en hacernos puros en todos los sentidos; vencer a los vicios. Nadie puede entrar en el paraíso, la tierra sin vicios, teniendo todos los vicios pegados a nosotros. Podremos reclamar tal herencia haciendo estos esfuerzos.
La puerta al paraíso se está abriendo, por eso es ya urgente que nos transformemos para poder ir al mundo transformado. Queda poco tiempo para la Transformación. Se trata de constantemente recordarLe a Él y ello nos permitirá purificarnos. Cada vez será más fácil vencer los vicios, porque recordándoLe recibimos poder, y esa voluntad se hace firme.
Texto “es el ciclo del mundo”: Bk Júlia