“ Los depositarios son aquellos que dan todo lo suyo totalmente al Padre.”
(Un depositario es aquel que tiene cuidado de todos los bienes que se le dan en custodia. Dios, el Padre, nos lo ha dado todo; esto incluye: cuerpo, mente y riqueza. Cuando lo usamos todo teniendo la conciencia de que nada nos pertenece, nos liberamos del apego a nuestro propio cuerpo, a nuestra mente y a nuestra riqueza física y sutil. Así nos volvemos entendedores de toda la vida física y espiritual. Si perdemos la salud, la riqueza, etc.., entenderemos que esto forma parte del drama eterno. Si nada es mio, nada pierdo. Como todo Le pertenece a Él, me siento liberada, como alma, de la responsabilidad. De todos modos, todo lo que se me ha dado, como buen depositario, lo he de cuidar muy bien, cuidar de la salud, cuidar de la mente, cuidar de la riqueza física (usarla de forma digna) y sutil (los dones que todos tenemos y que hemos de descubrir) para entregárselo en buen estado de nuevo a Su propietario.)