( Meditar y lograr abstraerse totalmente del mundo físico, es sumergirse en el océano: la sensación de total silencio que tenemos cuando buceamos físicamente en las aguas profundas del mar, es parecido al silencio que obtenemos con la buena concentración. Meditar con esa intensidad, aunque sea solo por un segundo, nos va a capacitar para encontrar diamantes ocultos y perlas preciosas que hay en nuestro interior. Solo hablamos con propiedad cuando partimos de las propias experiencias.)
