

(Al no desconocer, al conocer, al entender todo lo que nos ocurre, no habrá prevención a lo desconocido. Porque es lo desconocido lo que se teme. Avanzando y retrocediendo nuestro estado de serenidad, nos debilitamos, y así, cualquier cosa que nos ocurra mella la base de nuestros cimientos. Teniendo Su mano en la nuestra, cualquier tropiezo no nos hará caer. A lo sumo podremos tambalear.)