
Cuando no podemos solucionar alguna cosa que está sucediendo, sentimos que el tiempo lo va a solucionar. Y es verdad, el tiempo lo “cura” todo. Esta frase no está vacía de significado. Pero también es el síntoma de la impotencia. La señal de que el alma está muy débil. Dejar que todo lo solucione el tiempo, es dejar nuestra vida en manos de “otro”. Renunciar a ser nuestros propios amos.
Lo mismo ocurre cuando dejamos que se solucionen nuestros conflictos interiores, del alma, de la mente, del intelecto, por el paso del tiempo. Así perdemos la oportunidad de “crecer” de verdad. Nos perdemos la oportunidad de recibir el premio de la empoderación y el premio de ser libres de verdad.
Solo tenemos que ponerle coraje y enfrentarnos a nosotros mismos, a nuestras reacciones de comodidad. ¡El premio se lo vale!
Muy cierto Julia!! Baba siempre lo dice!!
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Gracias Mariano por comentar
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