Primero de todo he de considerar la posibilidad de que yo pueda ser algo más que ese cuerpo que observo en el espejo. El cuerpo será guapo o feo, bien formado o deforme, sano o enfermizo. Pero a parte de todo eso…, puedo ser algo más. Simplemente observando mis ojos puedo ver que hay algo más. A eso se le puede identificar como uno se sienta más cómodo llamarlo. Se le va nombrando como: ser, luz, espíritu, alma, el yo superior, etc., etc.
Pues bien, si ya acepto esa posibilidad, o quiero experimentarla, hay un método muy simple:
Si vamos haciendo este ejercicio durante el día y no solo en las ocasiones de trabajo físico, también en oficinas, en discusiones, en charlas, etc.., iremos aumentando el poder de ser conscientes del alma. Este es un poder que transforma.