
Hubo un tiempo en la Tierra, que se podía nombrar como el Paraíso.
La gente piensa que éste es el paraíso para los que son felices y el infierno para los que no lo son.
La Tierra no puede ser las dos cosas a la vez. En todo caso será la apreciación de cada uno; pero el paraíso existió como un todo. Eso se ha de sentir interiormente como algo ancestralmente vivido.
Allí, no hay partición del cielo, del océano ni de la tierra. Aquí hay multitud de particiones, fronteras y tantas luchas en el mundo. Si el Paraíso lo crea Dios.., ¿cómo podría Dios enseñar violencia?
Hay un recuerdo ancestral que se revela en todas las culturas de que existió el paraíso y que es una cuestión cíclica. Algo que termina vuelve a su inicio. El paraíso fue nuestro inicio.., de ahí el fervor por lo sublime. El memorial de la Atlántida.., etc. Ahora estamos al final del ciclo para volver a nuestro “Todo”.
Los indicios se perciben en el aire de nuestros tiempos actuales: estamos tocando el fin de esta locura, para volver a nuestra cordura ancestral.
Retroenllaç: ¿Se puede grabar en el alma?… y ¿para qué? | lumminiscències
Retroenllaç: La paz que se anhela | lumminiscències