
A nosotros los occidentales, nos es muy difícil asumir el concepto circular del “tiempo”, y, a pesar de todo.., nos regimos por relojes que tienen como base el círculo que repite el tiempo infinitamente; comprendemos también el ciclo del día y de la noche, entendemos que después de un día viene otro…, etc. Pero, en cambio, cuando hablamos del ciclo del mundo…, se nos rompen los esquemas.
¿A qué viene esa discriminación? Creo que es muy sencillo de comprender: tenemos el concepto cristiano integrado en nuestra cultura, sin darnos cuenta. Incluso los científicos están atados por esa visión lineal: “vivid, creced, multiplicaos y morid” y ahí se termina todo. En cambio el mundo oriental tiene integrada la concepción del círculo, y eso le hace comprender mucho más que nosotros, a la naturaleza.
Los occidentales vivimos de espalda a la naturaleza. De ahí, la gran diferencia entre nuestros ojos y los suyos. En los nuestros hay el vacío de una línea que empieza y que termina…, y en los suyos hay la esperanza del ciclo que se repite. Así de sencillo lo veo desde la perspectiva espiritual. Todo se comprende mejor cuando se abandona el concepto lineal de la vida, y se abre el intelecto al concepto circular. Todo empieza y termina en un mismo punto de un círculo.