
Cada día en amrit vela, Dios rocía con diamantes sutiles de colores. Si tenemos la suerte de estar despiertos en esas horas tempranas de la madrugada (de entre las 3 y las 5), estaremos decorados con ellos durante todo el resto del día. Y ese color espiritual sutil va a teñir todo lo que pensemos, lo que hagamos y quien haya a nuestro alrededor también se irá coloreado de la misma fortuna. Surgirá de tanto en tanto una alegría maravillosa que no sabremos de donde viene; aunque surjan problemas no nos afectarán y los podremos resolver como quien quita una mota de la mantequilla. 
Y la felicidad…, seguirá, aunque perdiendo gas como las baterías que se van agotando por el uso, hasta la madrugada siguiente en que nos volverá a decorar con Sus diamantes de amor.
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