Se dice que cuando señalas a alguien con el dedo, hay tres que te señalan a ti: eso de fijarnos en las debilidades de los demás, es como reafirmar las propias.

Si nos fijamos en la virtud que hay en la debilidad de alguien, es reafirmar esa virtud en nosotros y potenciarla en el otro. Si vamos desarrollando la visión de fijarnos en los defectos de los demás, lo que conseguimos es enmarañarnos aún más en aquello de lo que nos queremos liberar.  Si vamos viendo los defectos, nuestro mundo estará solo repleto de defectos.