
Ensimismarse es una señal que manda el alma, que nos mandamos nosotros mismos a la mente presente, para que
nos detengamos un momento y nos lo dediquemos dulcemente como un paréntesis entre todo el ajetreo del día, como un remanso de paz, de la paz que brota incesantemente del manantial interior del alma.
Ensimismarse es un suave y dulce regalo que ofrece el alma al alma