El Jardín de Allah, Dios.

A nuestro mundo lo podríamos comparar con un jardín.

Al principio es un maravilloso jardín lleno de fragantes, delicadas y vistosas y exóticas flores y frutos jugosos, en donde da gusto de estar. Incluso los animales (pocos), ahí son tan bellos que casi no se diferencian de las flores y sus costumbres nada tienen que ver con los de ahora: ningún pez grande se come al chico; nadie se come a nadie, nadie lucha para sobrevivir en el mundo animal, porque sus cuerpos, como los de los seres humanos, están en un estado de tal perfección que aprovechan cada átomo de energía de materia vegetal y seguramente cada foton del sol, de forma que con poca cantidad hay suficiente para que el cuerpo esté en un estado perfectamente nutrido.

Poco a poco, con el transcurso de la mitad de los siglos, ese jardín tan bello empieza a crear espinas, a convertirse en una jungla en la que es difícil avanzar sin herirse, metafórica y físicamente. Tanto naturaleza, animales como seres humanos empiezan a notar la presión de la supervivencia. Las costumbres lentamente cambian también porque los 5 elementos de los que todo está compuesto (agua, tierra, aire, fuego y éter) se van degradando. Ya nada es tan puro ni tan bello, se vuelve un poco cruel y empezamos a acuñar aquellas odiosas frases que llegamos a hacernos nuestras e incluso a venerarlas. 

Ahora nos hemos acostumbrado a esas odiosas frases:

• La naturaleza es cruel
• El pez grande se come al chico
• El ser humano en la cúspide de la pirámide trófica 

En estos tiempos de ahora el jardín ha perdido su nombre y ha alcanzado el estado de decadencia total. El árbol del mundo humano se ha secado.

PUNTOS 5/9/2017:  *  El árbol entero se ha secado y se ha hecho totalmente impuro, tamopradhan.  Ahora se tiene que plantar el arbolillo otra vez. Este arbolillo se está plantando ahora. Si no se plantase el arbolillo, tendría lugar la extinción. La aniquilación no tiene lugar.*

El Jardinero está limpiando esa jungla metafórica con el conocimiento del Raja Yoga ; está plantando los nuevos arbolillos que van a conformar de nuevo la naturaleza del maravilloso jardín del principio del ciclo del mundo. Es el trabajo sutil del Gran Jardinero: limpiar de zarzales, abonar, quitar piedras y establecer el maravilloso paisaje en que se a desarrollar de nuevo la vida en este mundo que está transformando.

La naturaleza y algunos seres humanos de ahora, harán el trabajo físico de destruirlo todo, de quemarlo todo; pese a saber porqué construyen las bombas, no pueden dejar de hacerlo, pese a saber su potencial destructivo aún las van refinando más y más; es una escalada que no va a parar; no las construyen para guardar eternamente. Cuando salte la chispa…, luego la naturaleza va a hacer el resto. El Jardín entero se quemará menos una parte muy pequeña, para volver a ser el Jardín que había perdido su nombre.

Si toda la Tierra se inundase formando un único océano, seria la aniquilación total, pero hay una pequeña porción de tierra que queda eternamente emergida, en donde la vida continua con pocos seres humanos y con pocos animales. Es la metáfora que conocemos en todo el mundo como: la nave de Noé, el gran diluvio, el diluvio universal, etc. Eso ocurrirá como ocurrió hace 5000 años. Pruebas, las hay. La mayor parte de las almas humanas iremos a nuestra tierra original, al nirvana, siguiendo al Padre de las almas humanas, Dios. Pero no nos quedaremos ahí eternamente; tendremos que seguir bajando a la Tierra, cada uno en su momento y en su época y a medida que las tierras vayan emergiendo de nuevo del océano.