
Cuando el alma se ilumina, se iluminan los ojos, las ventanas del alma, y podemos ver más allá de lo que hay delante. Se profundiza la
visión atravesando la barrera visual de lo que sucede a nuestro alrededor, de lo que hacen los seres humanos, de lo que aparentan, de los resultados de las acciones y el impacto físico de ellas.
Bien se podría decir que cuando el alma ve la realidad de más allá de los aspectos físicos, se libera del impacto visual que crea el muro físico; muy parecido a la diferencia de
profundidad visual que tenemos cuando observamos a través de una red blanca, que crea un muro que nos deslumbra, o si observamos a través de una red negra que se hace invisible y deja ver el segundo plano.
Cuando nos experimentamos realmente dentro de este cuerpo físico como una entidad diferente a él, estamos dejando un espacio que nos permite observar desde una atalaya privilegiada todas las acciones que se producen a nuestro alrededor. Igual que en un cine 3D si dejamos de ser conscientes de que somos espectadores sentimos pánico o nos impresionan según qué tipo de escenas, igualmente produce el mismo efecto en nosotros cuando no somos conscientes de que somos quienes están dentro de éste nuestro cuerpo físico.
Al ser capaces de dar ese paso hacia atrás, nos podemos alinear con la visión de Dios: tener Su misma mirada amorosa hacia todos. A eso se le llama liberación en vida y Él, ahora, nos lo está enseñando a hacer con Sus enseñanzas únicas del Raja Yoga fácil. De hecho…, sólo es cuestión de un segundo conseguir ser conscientes: iluminación.