
Solo podemos experimentar la paz verdadera, cuando verdaderamente no disponemos de cuerpo, y eso solo ocurre una vez en todo el ciclo (5000 años): cuando como almas residimos en el hogar original, después de haber terminado nuestro ciclo de renacimiento y muerte.
La paz que anhelamos como seres humanos, es la reminiscencia de aquella paz experimentada en ese estado original de alma en nuestro hogar, paramdham. Está claro que aquí solo
logramos un sucedáneo de esa paz que como seres humanos nos sirve para poder estar en calma.
Mientras estamos en un cuerpo, el recuerdo perseguido de la paz original dura un tiempo limitado, porque no podemos dejar de hacer acciones. Aunque estemos inactivos físicamente, incluso eso es una acción, los pensamientos son acciones también. El mundo humano entra en el antagonismo de la “lucha por la paz”. El gran anhelo.