Alguna vez he tenido la sensación de que vivía en un sueño del que no podía despertar…, de un tren del que no podía bajar…
PUNTOS 30/8/17: *La gente recuerdan a Dios, pero nadie Le conoce y por eso, todos son huérfanos. Cuando preguntáis a algún niño dónde está su padre, ¿os diría que es omnipresente?*
…Y un día desperté del sueño en que todos estamos sumidos.., y me apeé de ese tren que no paraba en ninguna estación, porqué yo no me lo permitía, solo hacía falta alargar la mano y presionar el botón para bajarse de él.
En la estación reconocí a mi Padre del alma.., a tan maravilloso Ser que no existía, o a lo sumo como una anécdota, en aquel largo sueño parecido a una hibernación, y desde entonces.., ya no deseo otra cosa que despertar a todo el mundo y recuerden que no son huérfanos, un día se fueron, igual que yo, de nuestra casa de Dios.
Aunque estemos rodeados de multitudes…, hay soledad en el alma. No así cuando hacemos de Dios el Padre, nuestro Compañero, porque él nunca olvida lo que es, un alma: el Alma Suprema. La comunicación es de alma a alma. En esa relación se desvanece toda soledad.