Cuando planeamos emprender un viaje, o cuando nos vamos a cambiar de vivienda, tenemos el trabajo de empaquetarlo todo, escoger lo necesario y descartar lo inútil. En una maleta poco cabe, solo lo necesario; en la nueva vivienda todo será diferente y lo que había sido útil aquí, puede que allá sea una carga inútil. Así pues, habrá mucho discernimiento y un ejercicio de desapegarnos incluso de objetos que tienen una carga emocional, estos son los más difíciles de rehusar; tiran de nosotros.
Ahora, hay una pregunta suspendida en el aire:
PUNTOS 30/7/17: *¿Estáis listos para iros con el Padre (Dios) cuando sea el momento, o todavía queda algo por recoger? Aseguraos de que no queden los hilos del apego por ningún costado. Despedíos de las ataduras de vuestros quehaceres por adelantado. Solo vais a recibir un margen de un segundo; así que, ¿qué podríais hacer en aquel momento? Ni siguiera tendréis ningún margen para pensar.*
Dios nos dice que todo se habrá de fundir en un punto (.), así es que, será cuestión de no llevar ninguna carga, puesto que en un punto solo cabe la consciencia de alma: YO SOY, ¡eso es todo! Toda la retahíla: “yo soy esto, yo soy aquello, lo mio, mi casa, mis familiares, mis joyas, mis posesiones.., etc.,” no lo podemos llevar encima si queremos ir ligeros y poder seguir el raudo vuelo hacia el “hogar” con nuestro Guía.
¿Estamos preparados?, tenemos el equipaje hecho y el vehículo de luz en marcha? Él nos advierte que el momento puede ser en cualquier instante inesperadamente. Si miramos a nuestro alrededor lo vemos, muchas almas han dejado el cuerpo súbitamente en estos últimos tiempos. Todos tenemos amigos y familiares que inpensablemente han partido dejándonos sin aliento, atónitos. Puede ser de este modo. Así pues…, ¿estamos haciendo los preparativos para el viaje? Ahora ya no cuenta la edad.
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